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Doctrinas Fundamentales - El lavatorio de los pies
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El lavatorio de los pies
En el capítulo trece del evangelio según Juan, se registra la lección de humildad y de presteza de servicio que Yahshúa dio a sus discípulos. Yahshúa se levantó del lugar que ocupaba junto a la mesa, quitó su ropa, y tomando una toalla, ciñóse. Luego puso agua en un lebrillo y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a limpiarlos con la toalla que estaba ceñido. Con esa acción, el Mesías estaba dando un significado espiritual; es decir, de la necesaria limpieza que requiere de cada uno, camino a la santidad. Los Yahwistas deben entender que, el lavado de pies es una ordenanza dada por Yahshúa como ejemplo de humildad y de presteza para servir a otros y que esta ordenanza no debe tomarse como algo trivial o insignificante. Lo debemos considerar como algo tan sublime como la Santa Cena de Yahshúa. Son muchos los que gustan del pan y del fruto de la vid, mas no de la toalla y el lebrillo, ya que esto último significa humillación y servicio. Tan pronto Yahshúa lavó los pies a sus discípulos, dijo, "Si yo, pues, he lavado los pies, siendo vuestro soberano y Maestro, también habéis de lavaros los pies unos a otros. Porque yo os he dado ejemplo, para que hagáis también como yo he hecho. Si esto aprendéis, seréis dichosos si lo practicáis". Yahshúa instituyó este acto para que entre sus discípulos nadie se sintiera mayor o mejor que otro. Él predicó la humildad como algo en que deben estar ocupados sus seguidores. Él espera que estemos al servicio de los demás y no esperar que ellos estén a nuestro servicio.
El lavatorio de los pies debe practicarse con la observancia de la Cena de Yahshúa, aprovechando el momento de comunión especial que el pueblo de Yahweh vive al recordar la muerte del Mesías.
Cuando el Mesías participó en la compañía de sus discípulos de la Cena Pascual, horas antes de ser entregado, instituye también la práctica del lavatorio de los pies. El que formó parte en la creación del hombre, descendió a lavar los pies de aquellos que se habían apartado de la senda que desde el principio les había trazado.
Simón Pedro estaba renuente a dejarse lavar los pies por su Maestro. Yahshúa le indicó, "no me lavarás los pies jamás". Yahshúa le contestó, "si no te lavare, no tendrás parte conmigo" (Juan 13:6-8). La advertencia que Yahshúa le hizo a Pedro, es la misma que debe entenderse entre nosotros como una de cuidado con lo que hacemos o dejamos de hacer. El lavado de pies es el orden que surge por parte de Yahshúa con relación a la humildad ante nuestro prójimo. El que no participa de este acto, no tendría parte con Yahshúa en el reino de los cielos. El lavado de los pies no es un acto retórico, sino de un significado profundo. Yahshúa dejó claro que esto debe practicarse por sus seguidores. Humillarse delante del prójimo y lavarle los pies no es fácil cuando no se posee el Espíritu de nuestro Salvador.
Fundamento Escritural
El lavamiento de pies es un acto antiguo y lo realizaban los siervos. Gen. 24:32
El lavamiento de pies tiene vigencia en la actualidad. Juan 13:18
Yahshúa lavó los pies a sus discípulos luego de la cena. Juan13:4
El que no participe de este acto no tiene parte con Yahshúa. Juan 13:8
Yahshúa dio ejemplo lavando los pies a los discípulos. Juan 13:13-15
Son bienaventurados los que entienden y hacen este acto. Juan 13:17
Los que se humillan, para Yahshúa lo hacen y serán ensalzados. Sant. 4:10
El que dice que está en Yahshúa debe hacer lo que Él hizo. 1 Juan 2:6